lunes, 21 de julio de 2008

"En un mundo donde la mujer está integrada en su entorno natural, nace el bebé como un orgasmo"

Una escritora francesa culpa al machismo de que el parto sea doloroso

Muriel Bonnet es la autora de "El nacimiento, un viaje. El parto a través de los pueblos".

*El dolor es consecuencia de la actual "cultura del miedo" impuesta por el sexo masculino.
*Durante 25 años recorrió el mundo para observar cómo se da a luz en las distintas culturas.
*"El parto en verdad está ligado al corazón, dar a luz es algo sagrado, como hacer el amor".

El parto es un acto violento, pero no tiene por qué ser doloroso, aseguró la escritora francesa Muriel Bonnet, quien opinó que el dolor es consecuencia de la actual "cultura del miedo" impuesta por el hombre.

La autora de "El nacimiento, un viaje. El parto a través de los pueblos" explicó que el miedo produce adrenalina, que pone en tensión a las mujeres, por lo que se endurece el músculo del útero y eso genera el dolor.

Acusó a los hombres de imponer el mundo masculino de fuerza sobre el femenino y dijo que esta dominación está causada, a su vez, por el miedo "al poder de la diosa de la creación".

"Es una lucha de poder. Los hombres quitaron a la partera su poder natural de ayudar a sus hermanitas, a sus hijas, a dar a luz y ahora las mujeres tienen que luchar para retomar su derecho natural de apoyar a las otras mujeres para dar a luz", sostuvo.

Cuando el mundo femenino recupere su lugar habrá equilibrio entre hombres y mujeres, aseguró Bonnet, quien durante 25 años recorrió el mundo para observar cómo se da a luz en las distintas culturas.

No hay que dominar al hombre

Aclaró, sin embargo, que no se trata de dominar al hombre, sino de que este ocupe su rol de compañero de la mujer y que la apoye, y que ambos se den la libertad que les corresponde.

Bonnet recordó su primer parto, cuando tenía 23 años, como algo envuelto en una nube de temor e ignorancia, durante el cual usó la epidural, los fórceps y el parto común en el hospital, porque no conocía otras opciones.

Relató que su segundo alumbramiento fue de mellizos y a "cuatro patas", lo que rememoró como una experiencia más sencilla, natural y agradable.

"En otras culturas, el parto no cuesta tanto trabajo, es algo simple", señaló.
Por ello buscó a parteras basadas en la trasmisión familiar ancestral de conocimientos en México, la Amazonía, Canadá, Europa, África o la India.

Dar a luz es algo sagrado

"El parto en verdad está ligado al corazón, dar a luz es algo sagrado, como hacer el amor, pero en la sociedad actual nos olvidamos", explicó.

"En un mundo donde la mujer está integrada en su entorno natural, nace el bebé como un orgasmo", indicó, tras señalar que a través de las mujeres "pasa toda la energía de la vida".

Las mujeres jóvenes sienten esa fuerza que les causa "envidia y miedo", y de ahí nace la enemistad entre suegras y nueras, cuando, según explicó, no debería ser así, ya que "si tienen buenos hombres es porque su mamá ha hecho un buen trabajo".

"Hay que reflexionar sobre cómo queremos que nazcan nuestros hijos y cómo queremos que los reciba el mundo", concluyó le escritora.

Nota extraída de acá.

1 comentario:

Inés dijo...

Hola. Me llamo Inés y vivo en una remota zona del sur de España. Hace poco he dado a luz un hermoso niñito que yo digo, viene de las estrellas. Jairo, mi primer hijo, vino el día 12 de julio y al leer este artículo me ha venido la imperiosa necesidad de explicar algo que he vivido durante mi proceso de dilatación y parto.
Al quedarme embarazada, pensé que iba a ser capaz de llevarlo muy bien y de no sentir dolor cuando aparecieran las contracciones. En realidad, me pasó algo muy curioso. Rompí aguas y llegué a la clínica con 0 de dilatación. Mi marido y yo escogimos un hospital donde se practica el parto humanizado y se respeta el ritmo de la mujer (por desgracia, sólo hay 4 que funcionen bien en toda España, y que sean públicos). No me atreví a parir en casa porque vivo en una zona aislada y remota. En fin, fueron casi 18 horas espera a dilatar los 10 centímetros para que el pequeño se decidiera a colocarse bien y salir (luego venía con dos vueltas de cordón, una en el brazo y otra en el cuello). La cuestión es que las últimas 6 horas, antes de que se produjese el milagro, las viví con mucho sufrimiento y mucho dolor. Las contracciones eran prácticamente de cada minuto y todo mi ser temblaba de dolor. No podía entenderlo y pensé que iba a desmallarme, que no lo iba a poder soportar. Además, mi ritmo de dilatación era muy lento y se podía prolongar hasta 4,5 o 6 horas más. Me vi, inmersa en un gran dolor... y yo no quería sentirme así. Esta es la parte que no entiendo, a la cuál no le puedo dar nombre. A veces pienos que estaba soltando Karma, porque no puedo entender TANTO DOLOR. Luego tuve un percance con una anestesista que me juzgó y al marcharse esta de la habitación, al entender que quizá podría tener fuerzas para continuar... o no... y aceptar la situación... de repente, dilaté los 3 centímetros de golpe y Jairo se recolocó. Después de esto, estuve 1 hora y media pariendo, pero no sentía dolor, me sentía llena de fuerza, casi como un animal y muy conectada. El dolor era más bien placentero, y aunque a él le costaba salir también, su corazónn era fuerte y respndía muy bien. Hoy no tengo más que palabras eternas de agradecimiento hacia la matrona que me asistió, pues aquel día la hice trabajar muchísimo. El dolor de parto era tan diferente al anterior... Y Jairo llegó tranquilo a esta percepción y ya no se separó de mi, de mi pecho.
Con este testimonio, me gustaría saber si hay algún tipo de explicación a tanto SUFRIMIENTO.

Gracias por este espacio.
ABRAZO
Ahó!